El colágeno es un componente esencial del tejido conectivo, lo que le permite conferir robustez y elasticidad a los huesos, piel, músculos, tendones y cartílagos. Su presencia asegura que estos tejidos sean lo suficientemente fuertes y flexibles para soportar estiramientos y esfuerzos. Sin este soporte, el cuerpo experimentaría una merma en su capacidad para mantener su integridad estructural frente a las fuerzas diarias.
El organismo produce esta proteína de forma natural, pero esta producción disminuye con la edad. La pérdida de colágeno con el envejecimiento es un proceso natural influido por factores biológicos y ambientales. Desde la edad adulta la actividad de los fibroblastos, células responsables de producir colágeno, disminuye. Al mismo tiempo, la cantidad y actividad de las enzimas que degradan esta proteína, como las metaloproteinasas, incrementan con la edad.