La fibra mejora el tránsito intestinal, favorece una menor absorción de azúcares lo que hace que sumemos menos calorías, produce una mayor sensación de saciedad y mejora la flora intestinal. Retrasa la llegada de nutrientes al torrente sanguíneo y por tanto reduce el índice glucémico. Todo lo anterior ayuda a mantener un peso ideal, claro está, acompañado de hábitos saludables como lo son el consumo de agua, el ejercicio y una dieta sana.

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